Por Claudia Khiabet Garcilazo

Los avances tecnológicos nos permiten encontrar soluciones a la altura de nuestro proyecto. Además de digitalizar las campañas de publicidad, existen otros caminos para interactuar con nuestros usuarios y que lo impulsarán a preferirnos en primer lugar.

Los visores de realidad virtual que existen en el mercado actual, nos permiten embarcarnos en experiencias exóticas y lejanas en la comodidad del hogar, desde visitar una isla, hasta estar en la primera fila del concierto de nuestro artista preferido.

Gracias a esta posibilidad, el sector inmobiliario encontró una herramienta que le permite atraer a sus posibles compradores a través del ‘enamoramiento’ de sus productos. Cada día son más las inmobiliarias que incorporan estos tours virtuales por los espacios que tienen a la venta, renta o traspaso, logrando mostrar hasta 10 sitios en media hora, aproximadamente.

Supone un ahorro de tiempo y dinero en la que hasta los proyectos en desarrollo, se pueden conocer tal y cual serán antes de estar terminados. ¡Será posible saber cómo será nuestra nueva viviendo sin siquiera haber estado ahí!

La percepción que se logra con esta tecnología posiciona mejor a la marca y le da mayores ventajas frente a la venta tradicional porque ofrece una atención personalizada que resuelve uno de los mayores obstáculos del estilo de vida actual: la falta de tiempo.

Actualmente filmar un video 360° es accesible y de bajo costo; la mayoría de los dispositivos disponibles en el mercado soportan este formato. Otra ventaja es que aunque la propiedad no sea adquirida por el primer prospecto que pudo verla, las impresiones que comparta con la gente acerca de cómo conoció el inmueble, funcionarán como una estrategia publicitaria a largo plazo. Lo de hoy es crear experiencias inmersivas.