Las historias de éxito de los negocios en diversas ramas nos alientan a seguir mejorando cada día nuestra propia estrategia de marketing, y una de esas estrategias exitosas ha sido la de una marca que tenemos muy presente en nuestro día a día: Cinépolis.

El cine es un negocio rotundo: todos disfrutamos de acudir a las salas porque hay propuestas para todos los gustos, pero esto es solo una parte del éxito que está fuera del alcance de las exhibidoras cinematográficas, pues esto corresponde a las casas productoras. Entonces, ¿cuál fue la clave del éxito de Cinépolis?

Bajo el nombre de Cine Morelos, en 1947, surgió en Morelia Michoacán una sala de exhibición de cine. Posteriormente, en 1971, Enrique Ramírez Miguel creó la Organización Ramírez Cinemas, que cambió de nombre a Cinemas Gemelos y después a Multicinemas. En 1994 surgió oficialmente Cinépolis, aunque en ese año fue cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio, lo cual representaba una gran oportunidad de crecimiento...o fracaso.

Enrique Ramírez tomó cartas en el asunto y, al ser un negocio familiar, llamó a su hijo Alejandro Ramírez, economista graduado de Harvard y con maestría en Oxford, apenas comenzando una prolífica carrera. Sin embargo, el hijo decidió apoyar el negocio y fue cuando Cinépolis comenzó su ascenso al éxito.

Lo que había que hacer era cambiar la industria y ofrecerles a los visitantes ese plus que los convertiría en asiduos de Cinépolis y no de otras cadenas de cine. Alejandro se puso manos a la obra y comenzó a revolucionar las experiencias del cine, pensando en lo que ahora conocemos como “micromomentos”, según el lenguaje marketero:

  • ¿En los lejanos 90 te pasó que comprabas tus boletos y al ser hora de entrar a la sala ya había una fila larguísima, quedándote con los peores asientos de todo el recinto (en la primera fila, por ejemplo)? Bueno, pues la solución fue enumerar los asiento para que, al comprarlos, ya estuvieras asegurando el lugar que querías.
  • Cuando al fin encontrabas un buen asiento, alguien muy alto se sentaba enfrente de ti y cubría parte de la pantalla...la solución fue crear filas con asientos escalonados que evitan estas molestias.
  • Si eres de los que les molestaba el intermedio, Cinépolis lo eliminó y, aunque se arriesgaron a perder ventas en dulcería, ocurrió lo contrario: la venta subió porque, al no poder salir a mitad de la película, la gente prefería comprar todo lo que se le antojaba -y lo que no- desde el principio.
  • ¿Te parecen incómodas las salas tradicionales? Para eso se crearon las salas VIP, con mucho más espacio entre cada fila y asiento, así como sillones reclinables en lugar de butacas rígidas.

Esto fue el comienzo de una serie de cambios que puso a Cinépolis en el gusto del público, pero no pararon ahí. Alejandro siguió innovando en los usos que se le podían dar a las salas de cine, implementando tecnología y diversión con la proyección de producciones en 3D, así como con las salas 4DX con tecnología coreana que permiten una experiencia más inmersiva en la película. También, se pensó en los más pequeños, al crear salas especiales para niños, con un área de juegos, toboganes y venta de dulces a granel. Por otra parte, se incursionó en los servicios de streaming con Cinépolis Klic, que ofrece la renta de películas por medio de la app, para poder disfrutarlas desde casa.

Gracias a una buena estrategia, Cinépolis ha logrado extender su marca a países como Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Costa Rica, Argentina, Perú, Chile, Brasil, Colombia y Estados Unidos, así como a países más lejanos como España e India. El plan ahora es llegar a los Emiratos Árabes y el Golfo Pérsico, para ser un fuerte competidor frente al resto de las empresas exhibidoras cinematográficas.

El éxito de una marca o empresa no es algo que dependa de la suerte, de hecho, el trabajo arduo solo es una parte de la fórmula, la otra parte es una buena estrategia de negocio que te permita alcanzar el objetivo...tal como sucedió con Cinépolis.