Actualmente las disciplinas se combinan de tal forma que una persona puede desarrollarse en 2, 3 o 4 áreas sin problema y mientras más departamentos puedas abarcar más destacarás en el mundo laboral.

La publicidad no es ajena a este fenómeno, los que trabajan en sectores de publicidad combinan tareas o profesiones como marketing, comunicación, arte, relaciones públicas, redacción, etcétera.

Sin embargo, hay una combinación que parece difícil de pensar porque suelen dividirse sus tareas por concepciones al momento de ejecutar un material. Se trata de la parte de diseño y los redactores, generalmente se piensa que una persona que escribe piensa en letras y le dará prioridad a la parte textual, mientras un diseñador valorará la parte estética de imagen.

El redactor moderno se ha convertido en un storyteller, es decir, alguien que no solo escribe, sino que piensa en que todo alrededor de una marca cuenta una historia, así que poco a poco se ha avanzado para que su concepción sea dual: texto-imagen.

Pero el proceso no ha sido el mismo para el diseñador, quien todavía defiende sus tareas enfocadas “exclusivamente” a la parte visual, si bien se especializan no se han abierto hacia otras actividades que amplíen su concepción.

Esto no lo podrán sostener por más tiempo porque en publicidad se requiere de la creatividad de todos, así que necesariamente tendrán que evolucionar para que combinen la parte textual con lo visual para entender integralmente lo que están ejecutando y así generar lo que se conoce como “Visual Storytelling”.

Los diseñadores modernos saben de programación, comunicación y redacción, saben estructurar una narrativa, así que al realizar un sitio web, videos, publicaciones digitales o cualquier otro material comprenderán la importancia de que sea una experiencia agradable e intuitiva para la audiencia.

Con el visual storytelling asimilan la idea y necesidades de una marca para revestirla en la parte gráfica con una intención, de tal forma que generen un material no solamente “bonito”, sino que cumpla con los objetivos de marca y conecte con la audiencia.

De ahí la importancia de que los diseñadores sepan de storytelling, que lo comprendan y lo apliquen, para que su diseño sea emocional, auténtico, creativo y relevante. Justo lo que valora más hoy en día el mundo de la publicidad.