Si una lección podemos sacar del Día del Padre, desde el punto de vista mercadológico, es lo difícil que es modificar, nutrir o revestir un “insight”, ya que a pesar de los esfuerzos de marketing esa celebración no ha podido alcanzar los niveles del Día de la Madre e inclusive de otras conmemoraciones.
El festejo a papá funciona, eso es indiscutible, por eso todas las marcas tratan de realizar algo al respecto, pero el efecto de posicionamiento e inversión es más alto en la celebración por mamá.
Todo insight alrededor de las mamás es poderoso por su gran rentabilidad, desde las frases que a todos nos han dicho hasta la imagen de las mujeres que superan todo por sus hijos. La “mamá” conecta con la gente y mueve a la acción comercial. ¿Por qué la figura del papá no mueve tanto?
Son diversos factores, de entrada hay una relación de oferta y demanda, con la mamá el gasto en regalos es mayor, por lo tanto, las marcas invierten más en marketing para la fecha. En promedio se gasta de 3,000 pesos para regalos, comidas o algún tipo de convivencia con mamá en su día, con picos altos que pueden llegar a los 5,000 y 10,000 pesos; mientras para el Día del Padre es de 1,000 a 2,000 pesos y los picos son más bajos, de apenas 5,000 pesos.
Hay una motivación psicológica y social en México, ya que se da una tasa alta de madres solteras o de padres ausentes que no se involucran en las cuestiones familiares, esto ha provocado matriarcados que imperan de generación en generación, así que los hijos estiman que la madre merece mayor gasto porque su conexión es total con la figura materna.
Comercialmente la estrategia fue por mucho tiempo echar toda la carne al asador para el Día de la Mamá, incluso se toma a mayo como el mes de de la madre, con la finalidad de prolongar las ofertas y la acción de compra.
Todo se conjugó para que el festejo de la madre tomara una gran fuerza y en años recientes se ha tratado de cambiar la estrategia de publicidad para que junio también genere el flujo económico que mayo.
Esto en parte se debe a que se viene dando un cambio en el papel del papá en una familia y la generación nostálgica de millennials (esos que como hijos crecieron en su mayoría con la figura materna) le da un giro y busca que sus hijos crezcan con padre y madre, involucrándose más.
De aquí se desprende el cambio por parte de las marcas para generar estrategias y contenidos para esos papás que tienen una buena relación familiar, cercanía de amigos con sus hijos, un padre más moderno y joven; lo cual va empujando a favor del festejo, ya que la inversión en publicidad aumenta y también va en crecimiento el gasto del consumidor alrededor del Día del Padre.