Durante el confinamiento por la pandemia, mucha gente ha optado por quedarse en casa, lo que ha afectado a varios negocios con puntos de venta físicos, pero también ha aumentado el consumo de aplicaciones móviles, redes sociales y compras en línea.
Ahora, las marcas se unen al reto de responder de forma eficiente, brindando un óptimo servicio al cliente y desarrollando nuevas estrategias que empaticen con el usuario y que permitan conectar a distancia sin dejar de ser sensibles.
Apenas nos estamos acostumbrando a la nueva modalidad en la cual las medidas sanitarias forman parte primordial del ser humano. La apertura de nuevos canales han sido de gran importancia para el marketing digital, las alianzas estratégicas crecieron descomunalmente en el cuál el punto central es la experiencia al cliente. No en vano las marcas han apostado por los influencers que empaticen con su día a día en la era post COVID, lo que ha resultado que el cliente espere cada vez más una experiencia personalizada.
En pocas palabras, el usuario tiene la capacidad de agregarle valor a tu marca, pues su experiencia con tu producto o servicio contará mucho para otro cliente potencial, por medio de recomendaciones, reseñas, etc. Por esto las marcas deben otorgar un rol primordial al usuario, su experiencia y el seguimiento.
Es importante ofrecer contenido de valor al usuario, y no sólo enfocarse en “vender”. ¿Qué le aportará tu producto o servicio a la vida de tu cliente? ¿Le resolverás un problema? ¿Le ofreces la calidad que busca? ¿Un precio más bajo que tu competencia?
Recuerda que debe existir una comunicación efectiva que hable de tu producto y tu imagen como empresa para que tus clientes se conviertan en embajadores de tu propia marca.