El funnel de marketing y ventas está en constante evolución porque al centrarse en los clientes (usuarios o audiencias) -que es una entidad cambiante- nos obliga a adaptarnos constantemente.
El funnel tradicional que había imperado en los últimos años era una pirámide que va de un grosor mayor a un menor, en el que la parte superior se destinaba a marketing y en la parte inferior a ventas, obviamente compartiendo objetivos en la parte media. El resultado: leads calificados que se convierten a clientes y luego a embajadores de marca en la parte más delgada del funnel.
El nuevo funnel se llama Flywheel es un círculo en el que se gira constantemente como una rueda para crecer. Este círculo divide tres áreas de acción: atraer-captar-deleitar y al centro el cliente; también se podría leer por áreas, es decir, marketing (quien atrae), ventas (quien genera el engagemente) y servicios al cliente (con el que se deleita y en el que todos deben estar involucrados).
Todos los esfuerzos realizados determinarán el tamaño de la rueda y la velocidad con que gire, además de las estrategias y procesos para librar las fricciones que se encuentren en su camino.
Flywheel debe ser la base para configurar el equipo de trabajo y determinar en dónde se hará fuerza sobre la rueda. Con este funnel el cliente no es un lead que va cambiando hasta que pasa por todo el recorrido y se convierte en una venta y tampoco se deja de lado a esos clientes que ya compraron, a quienes no se les pone atención por estar en la búsqueda de nuevos leads.
El cliente está en todo momento en el centro de cada una de nuestras acciones, eso provoca que la rueda gira estable y los leads conviertan de forma natural, mientras los clientes que ya tenemos siguen adquiriendo alguno de nuestros productos o servicios.