En un mar de estímulos y competencias de marcas, mensajes y causas, es difícil atraer la atención de una persona, sostener sus sentidos sobre nuestro mensaje y modificar algo en su interior que lo motive a la acción.
Esto cada vez es más complicado por la inmediatez de la información que ha llevado a tener diversas fuentes con mensajes que muchas veces son desechados sin siquiera haberle prestado atención.
Para el marketing es el reto, tomar esos 3 segundos de atención, engancharlos y atraerlos hacia nuestras plataformas para paulatinamente generar una acción. Actualmente es fundamental ir hacia las emociones del consumidor, porque es por esa vía que el mensaje realmente generará impacto.
En sí lo emocional siempre ha sido la clave para la publicidad, pero hace muchos años cuando los estímulos eran menos los mensajes tenían mayor oportunidad de permanecer en la atención del usuario. No es tanto que los consumidores sean más emocionales, sino que la parte emocional ha cobrado mayor relevancia con la evolución del comportamiento de los compradores.
Un buen mensaje publicitario será el que conecte con las personas, que hable algo de sus vidas y que al percibirlo lo hagan suyo, eso no se logra pensando lógicamente ni atacando solo con información, menos cuando se cae en tecnicismos y en aspectos que se alejan de lo humano.
Un mensaje funcionará cuando mueva emociones, eso es lo que provoca las reacciones, la interacción y conección con una marca, es lo que al final motivará a una acción por parte de los consumidores.
Así que piensa dos o tres veces antes de generar un mensaje en el que solamente informes o hables de ventajas que tu audiencia no puede palpar, enfócate más en lo emocional, llena los sentidos de aquellos a las que estás dirigiendo tu publicidad, entiende a fondo quiénes son los posibles clientes para saber qué requieren, cómo hablan, en dónde se mueven y así desarrollarás un mensaje que entiendan.
Tu marca y lo que ofrece debe ir vestido con lo humano, con eso que todos pueden alcanzar, con la finalidad de que tu audiencia se proyecte; de ahí que muchas marcas actualmente vinculan su comunicación hacia algo más allá de su producto o servicio, un concepto superior que no habla sobre el producto, sino de una idea, una idea alrededor de la marca que la hace humana, que la acerca a la gente. Ese concepto será la guía para todos los contenidos y materiales que generen, así lograrán vincular emocionalmente a su audiencia para que finalmente sean sus consumidores.